En noviembre llegará al cine una película que se ha convertido en un clásico del terror y que representa un reto para cualquier actriz: Carrie.
Carrie, novela original de Stephen King, retrata la historia de una joven que vive reprimida bajo la sombra de su madre, una mujer aficionada de la religión y que ha recargado en su hija el tormento de sus pecados.
En 1976 la película fue protagonizada por Sissy Spacek, quien le dio a Carrie el primer toque de una joven insegura, atormentada y humillada, pero con el poder de controlar y de mover las cosas para vengarse de los demás.
Este 2013 la historia recae en Chloe Moretz, quien se dio a conocer por su personaje de Hit Girl en Kick Ass (el héroe sin súper poderes).
Moretz, a su corta edad (16 años), se ha caracterizado por ser una actriz inteligente y multifacética: es fácil verla de chica ruda y tierna, que presenciarla como la joven insegura y que reprime sus súper poderes.
Digo que Carrie es para Moretz un reto porque representa, desde un punto de vista personal, su más grande personificación hasta ahora, pues no es fácil interpretar a una Carrie tranquila pero violenta, callada pero meticulosa, tierna pero peligrosa.
Estas últimas semanas el adelanto de la nueva versión de Carrie se ha visto ya por las salas de cine en México y promete el mismo terror que la de 1976, pero con un plus: la tecnología.
En esta ocasión presenciaremos una historia con buenas actuaciones y, espero, con excelentes efectos especiales.
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