Acuérdate de Acapulco no solo es el nombre de una canción de Agustín Lara, ni una frase trillada en las películas mexicanas; es el nombre del documental que Ludovic Bonleux estrenó este domingo 29 de septiembre en el Teatro de la Ciudad de Puebla, como parte del Festival Internacional de Cine de Puebla (FICPuebla), en su cuarta edición.
El cineasta francés retrató las dos caras de Acapulco, ubicado en las costas de Guerrero y que hace unas semanas fue afectado por el paso de la tormenta Manuel: el puerto del antes y el de ahora.
Bonleux presentó un puerto turístico que vive de sus recuerdos, de la nostalgia, de lo que fue. Un Acapulco que en los años 30 y 40 fue el destino playero preferido de las grandes estrellas del cine norteamericano y del mundo del espectáculo y que ahora debe abrirse a un mercado nacional para sobrevivir.
Acuérdate de Acapulco inicia con una entrevista que María Félix (La Doña) ofreció a un medio francés, en donde revela que su incursión en el cine se debió, en un principio, para ofrecerle a su hijo una mejor vida.
Con la intervención de la luminaria del cine mexicano se abren escenas que comparan al puerto guerrerense con escenarios del siglo pasado y del actual, contrastándolo con su realidad.
Para el desarrollo de la trama Bonleux escogió a cinco personas que representan la vida acapulqueña (aunque yo difiero de la selección de estos); uno de ellos es el ex Presidente Municipal de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, actual director de la Jornada de Oriente.
El resto del documental se compone de imágenes, escenarios y canciones que hacen que el espectador se identifique con lo que pasa en el puerto, quizás el destino playero más tradicional de México, pero que no se ha reinventado, que vive en el olvido y que con mucho trabajo (si es que lo hay) saldrá adelante.