Por fin los fanáticos de Robocop complacieron la expectativa al presenciar el regreso del hombre-máquina a la pantalla grande.
La nueva versión del policía que se convierte en la pesadilla del crimen en Detroit fue exhibida en el cine y fue la película más taquillera durante el reciente fin de semana (algo que era de esperarse).
Y es que a muchos gustó la nueva aventura, mientras que a otros causó decepción y comentarios negativos; pero lo cierto es que la nueva imagen de Robocop es fresca e innovadora.
Un consejo que puedo darles, Cinéfilos, es que no comparen la película de 1987 con la del 2014: las dos tienen más de veinte años de distancia y los recursos tecnológicos con los que contaban (o cuentan en su momento) las hicieron grandes.
Hablaré de la última versión, la cual desde mi punto de vista me parece genial.
En esta película el director, José Padilha, nos presenta el lado humano y sensible de Robocop, de Alex Murphy que, luego de sufrir el atentado que lo dejó casi muerto, batalla contra sus sentimientos de padre, de esposo y de agente investigador, para convertirse en el héroe de hojalata de Detroit, un guerrero sin sentimientos que pone a prueba el metal con el corazón.
Eso a muchos les pareció cursi y aburrido, pero a mí me pareció perfecto, porque representa el inicio de una gran historia: de una aventura que en pleno Siglo XXI se convertirá en una trilogía favorita de millones.
La nueva película no es 100 por ciento acción, tiene fibras sentimentales y de suspenso, sin embargo, no dudemos que en una segunda entrega Robocop se enfrentará a villanos sangrientos y descabellados.
¿A ustedes qué les pareció?
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