La Gran Aventura Lego ha demostrado que la publicidad hace grandes a las películas.
Anunciada desde hace más de medio año, la película decepcionó los corazones adultos para centrarse en los pequeños de la casa, a quienes repitió la moraleja de Toy Story: cuidar a los juguetes y verlos como parte de nuestra familia.
La Gran Aventura Lego tiene acción, emoción, risas, amor y nostalgia, sin embargo, no logra dar el brinco para conquistar la mente del adulto, quien a mitad de la película se siente decepcionado por creer que se trataba de una réplica de juguete de Star Wars, del Señor de los Anillos o de Batman, por los personajes que incursionan en ésta y que no representan a sus originales en absolutamente nada.
La historia resultó ser un éxito en taquilla, en gran parte por la publicidad que la abrazó previo a su estreno.
Además por el amor que despierta al ojo y al corazón humano por trasladarnos a nuestra infancia, la etapa de nuestras vidas que nos empapó de juegos y de sueños por construir nuestro mundo de juguete con piezas Lego.
Cinéfilos, ¿a ustedes qué les pareció?
Desde mi punto de vista no brinca a las grandes tramas infantiles contemporáneas, como Toy Story o Monsters Inc., aunque no dudo que habrá una segunda parte, tristemente.
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